¡Venga tu Reino!
Espacio, silencio,
espera: una reflexión de Adviento
Hay tres palabras claves para vivir el Adviento: espacio, silencio y espera.
Lo que faltaba en Belén era espacio. Por eso tenemos la tradición de las Posadas. Recordamos la
primera noche que pasaron José y María en Belén, buscando posada después de un
largo viaje. Luego llegaron a la cueva donde nacerían el Hijo de Dios. Allí
tenían que ganar espacio de los animales y hacer que el lugar fuera un poco
menos indigno para el nacimiento de un bebé.
Nosotros tantas veces nos preocupamos por espacio. Queremos
una casa más grande, un cuarto más grande, un carro más grande. Pero nos
debemos de preguntar ¿por qué? No será simplemente para que podemos llenar
estos espacios con más cosas superfluas. Sería excelente en este Adviento
revisar nuestros cuartos y casas y ver qué puede sobrar. Luego podemos donar
estas cosas a personas que realmente las necesitan, siempre cuando están en
buen estado. El espacio que hacemos puede ayudar para que Jesús encuentre
posada en mi corazón esta Navidad.
Luego hace falta silencio.
Quizás Dios escogió a testigos del nacimiento al buey y al burro porque eran
silenciosos. El ruido no hace bien y el bien no hace ruido. En un mundo donde
vivimos inundados por el sonido y por el ruido, es bueno tomar una pausa y
buscar de nuevo el silencio. ¡Cuánto nos puede costar el silencio! Sería bueno
tomar un tiempo cada día y rezar en silencio total. Ayudará para que mi corazón
se esté preparando para la venida del Señor.
Finalmente, es importante la espera. Quizás muchas veces nos distraemos con la espera de los
regalos de Navidad. Queremos saber si las personas queridas se acuerden de
nosotros y si nos regalan las cosas que nos pueden hacer felices. Quizás es una
espera de volver a ver parientes y amigos que generalmente están lejos de
nosotros. Pero no podemos dejar que esto nos quite el sentido de la espera de
Adviento.
El Adviento no es principalmente un tiempo de fiestas de
Navidad. Para eso tenemos después los 12 días de Navidad. El Adviento es ante
todo un tiempo de espera para ver que Jesús quiere venir a vivir en nuestros
corazones.
Entonces, si quiere vivir bien este Adviento, le recomiendo
el espacio, el silencio, y la espera.
Excelente!
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