“Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la
tierra”? Es una frase evangélica (Lc. 18,8) y sirve como examen de conciencia
para todos nosotros en estos últimos días de Adviento. Pues de nosotros depende
si Jesucristo encuentre fe o no cuando vuelve.
Ahora nos preparamos para celebrar la Navidad y podemos
agradecerle a Dios que ya vino al mundo hace 2,000 años. Pero Jesús quiere
re-crear a Belén cada año en nuestros corazones. ¿Encontrará fe? Él nos vino a
salvar. Fue concebido por obra del Espíritu Santo en el vientre de la Santísima
Virgen. Nueve meses creció en la panza de María. Nació en Belén en un establo o
una cueva donde los animales buscaban refugio del frío y del viento. Cuando
María y José iban en Belén buscando posada, nadie se les abría. ¿Usted qué hará
esta Navidad cuando tocan la puerta de su corazón?
¿Qué va a hacer la noche del 24? Me imagino que muchos irán
a misa. El 24, debemos acercarnos a comulgar con mucha pureza en nuestros
corazones. Luego tendrán una cena navideña en familia. ¡Qué hermoso! ¿Y
después? He escuchado de muchos jóvenes que quieren ir a una fiesta loca en un
hotel. A mí no me cuadra. Pues yo quiero pasar la noche del 24 con familiares y
amigos, pero preparándome para celebrar el nacimiento de Jesús el 25. Ir a misa
y comulgar el 24, solo para perder la gracia de Dios por un pecado mortal en
una fiesta y vivir el 25 muerto a la gracia se me hace una gran incoherencia.
Es como escupir a la cara del Niño Dios. Y no me puedo imaginar hacer una cosa
así.
Si tuviéramos un poco más de fe, veríamos la fiesta de
Navidad como una oportunidad sobre todo de contemplar el misterio del
Nacimiento de Jesús. Nuestras vidas son demasiado ajetreadas y generalmente no
podemos hacer tiempo para contemplar el misterio. Esta Navidad, regálese tiempo
para contemplar la maravilla que Dios vino al mundo para estar con
nosotros. Así irá creciendo en la fe y
cuando llega Jesús encontrará esta fe en su corazón.
Muchas veces pensamos en la Navidad como un tiempo de
familia. Y es importante. Pero mucho más importante es que es un tiempo para
Dios. Si en Navidad no encuentro tiempo para Dios, parece que es alguien que
tiene bien poca importancia en mi vida.
¿Encontrará fe en la tierra? Depende de mí. Yo viviré esta
Navidad, buscando vivir en pureza y responder con mi fe y oración al grandísimo
don de Dios, que es su Hijo amado quien ha bajado a la tierra para vivir entre
nosotros. Yo viviré esta Navidad buscando a Jesús, quien es la razón de todas
las celebraciones. ¿Encontrará fe? En mí, sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario