lunes, 29 de diciembre de 2014

El "Sí" de María

                En mi familia somos 8 hijos. Y crecimos muy cercanos a otra familia de 7 hijos. Más que amigos, parecíamos primos. Todos son bastante buenos, la verdad. Y todos recibían la fe. El tercero en la otra familia es una niña. Se ve que se confundió algo en el camino y a los 17 años quedó embarazada fuera del matrimonio. Lo veíamos como una tragedia familiar. Se veía que uno de los nuestros había caído en desgracia. Mi mamá contó que la mamá de la niña pensó en el aborto. Mi mamá le dijo que “si somos pro-vida, tenemos que creer que cada vida es un don de Dios al mundo. Esa joven dijo “sí” y ahora su hija está creciendo y feliz. Todo dependía de un “sí”.
                San Bernardo de Claraval explica la Anunciación de una manera simpática. Explica que todos los ángeles del universo estaban pendientes de la respuesta de María. Pues todo el plan de salvación dependía de su “sí”.
                El “sí” de María es generoso, total e incondicional.
                El “sí” de María es generoso. Muchas veces nosotros podemos decir un “sí” esperando dar lo menos posible. El otro día en el Club pedí a un chico ayudar en la decoración para el convivio navideño. Dejó unos manteles rojos y se fue. Faltó seguimiento en su proyecto. María no sabía que le estaba pidiendo. Es un poco así cuando un chico pide la mano de una niña para el matrimonio. Ella no sabe si él tendría siempre empleo y casa. No sabe si estará siempre de buen amor. Sólo puede confiar en el amor a su persona que tiene el novio. María sabía que Dios le amaba y que siempre iba a procurar su mayor bien. Por eso responde con un “sí” generoso.
                Es un “sí” total. Nosotros muchas veces tenemos dudas en el corazón. Muchas veces nos han engañado. No queremos volver a encontrar en una situación de engaño. Por eso, nos falta el “sí” total. Hoy hemos escuchado el Evangelio de la Anunciación. El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una humilde virgen que se llamaba María. Pero esta virgen es maravillosa. El ángel le encuentra ya llena del Espíritu Santo. Pero es diverso cuando el ángel le saluda a María. Le dice “Dios te salve, María. El Señor está contigo”. El ángel la encuentra ya llena del Espíritu Santo. Cuando María le encuentra a su prima Isabel esta prima mayor le dice a la muchachita “dichosa tú porque has creído”. Ya posee el Espíritu Santo. Es por esta gracia que puede responder con un “sí” total.
                Es un “sí” incondicional. Nosotros siempre queremos control sobre las propias vidas. No nos gusta cuando entramos en un contrato y parece que la otra parte tiene mayor autoridad y poder. Queremos poner cláusulas que nos protegen. Incluso en el matrimonio, a veces entran los novios pensando cada uno en cómo protegerse en caso de divorcio. Pero no puede ser así. María no pone ninguna condición a los planes de Dios. No dice “yo seré Madre de Dios, pero sólo si vivimos en un palacio”. El Niño nace en un establo. No dice “quiero ser rica”. Será esposa y madre de carpinteros. No dice “pues, por lo menos, no quiero ver sufrir a mi hijo”. Será testigo de su Pasión y Muerte en la Cruz. Es un “sí” incondicional.

                Podemos aprender mucho, contemplando el “sí de María”. Muchas veces podemos partir de un “sí” equivocado como era el caso de mi amiga que quedó embarazada a los 17 años. Pero en el tiempo y con generosidad con Dios puede superar muchos obstáculos. Ahora tiene un esposo maravilloso y una familia linda como pocas. Que cada uno de nosotros examine los “si” de nuestras vidas y vea si es un sí generoso, total e incondicional como el “sí” de María. Quizás tendremos que pedir perdón a un vecino, mi papá, mi mamá, mis hijos, pero puedo ir perfeccionando este “sí”. Que así sea.

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