lunes, 1 de diciembre de 2014

¡Venga tu Reino!
Espacio, silencio, espera: una reflexión de Adviento
Hay tres palabras claves para vivir el Adviento: espacio, silencio y espera.
Lo que faltaba en Belén era espacio. Por eso tenemos la tradición de las Posadas. Recordamos la primera noche que pasaron José y María en Belén, buscando posada después de un largo viaje. Luego llegaron a la cueva donde nacerían el Hijo de Dios. Allí tenían que ganar espacio de los animales y hacer que el lugar fuera un poco menos indigno para el nacimiento de un bebé.
Nosotros tantas veces nos preocupamos por espacio. Queremos una casa más grande, un cuarto más grande, un carro más grande. Pero nos debemos de preguntar ¿por qué? No será simplemente para que podemos llenar estos espacios con más cosas superfluas. Sería excelente en este Adviento revisar nuestros cuartos y casas y ver qué puede sobrar. Luego podemos donar estas cosas a personas que realmente las necesitan, siempre cuando están en buen estado. El espacio que hacemos puede ayudar para que Jesús encuentre posada en mi corazón esta Navidad.
Luego hace falta silencio. Quizás Dios escogió a testigos del nacimiento al buey y al burro porque eran silenciosos. El ruido no hace bien y el bien no hace ruido. En un mundo donde vivimos inundados por el sonido y por el ruido, es bueno tomar una pausa y buscar de nuevo el silencio. ¡Cuánto nos puede costar el silencio! Sería bueno tomar un tiempo cada día y rezar en silencio total. Ayudará para que mi corazón se esté preparando para la venida del Señor.
Finalmente, es importante la espera. Quizás muchas veces nos distraemos con la espera de los regalos de Navidad. Queremos saber si las personas queridas se acuerden de nosotros y si nos regalan las cosas que nos pueden hacer felices. Quizás es una espera de volver a ver parientes y amigos que generalmente están lejos de nosotros. Pero no podemos dejar que esto nos quite el sentido de la espera de Adviento.
El Adviento no es principalmente un tiempo de fiestas de Navidad. Para eso tenemos después los 12 días de Navidad. El Adviento es ante todo un tiempo de espera para ver que Jesús quiere venir a vivir en nuestros corazones.

Entonces, si quiere vivir bien este Adviento, le recomiendo el espacio, el silencio, y la espera.

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