Quizás muchos de nosotros vimos
las Luces Campero el sábado. Era un momento para compartir en familia un evento
que subraya el tema de luz en la Navidad. Creo que es bueno para nosotros
reflexionar en las luces del Adviento.
Podemos
tomar como texto base de nuestra reflexión Mt. 2,2. Los magos de oriente
preguntaron “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nac
er? Vimos su
estrella en el oriente y venimos a adorarle”.
Siempre
he admirado la valentía de los Reyes Magos. Ellos conocían bien el cielo y se
dieron cuenta que se había presentado una luz nueva. Interpretando los
movimientos de las estrellas, se dan cuenta que están por presenciar el
nacimiento de un rey nuevo en la tierra.
Una vez
que entendieron el mensaje, llegaron a una decisión dramática. Emprendieron un
viaje y fueron a buscar el rey recién nacido de los judíos. Siguieron la luz de
la estrella de Belén. En el desierto de noche, se debe de haber visto la luz de
aquella estrella de un modo espectacular. Varios años, después de Navidad, iba
con mi hermano y unos amigos a hacer camping en el desierto. Si hay algo que me
queda grabado en la memoria, es la nitidez de la imagen del cielo de noche. Uno
ve todo. Nosotros nos poníamos alrededor de la fogata y veíamos para arriba. El
primero a encontrar un satélite se ganaba una barra de chocolate. También
usábamos telescopio para ver mejor las estrellas y planetas en el cielo de
noche.
La luz
de la estrella purificaba los corazones de los reyes magos. Iban a Belén para
darle homenaje al rey, no para pedirle favores. ¡Cuánto bien nos haría si
aprendiéramos a dar a Dios antes de buscar nuestro propio provecho! Somos seres
muy egoístas si somos honestos. Tenemos que aprender a dejar todo a un lado y
empezar a buscarle al Señor. Abre tus ojos y busca la estrella que te conduce a
Dios.
Para
muchos, será la estrella de la pureza. Hay muchos deseos y curiosidad en el
corazón que no dejan que vayan en pos de la estrella. Prefieren la comodidad de
lo ya conocido. Son pecados sus fallos en la pureza, pero por lo menos son
conocidos y casi cómodos.
Para
otros, la estrella es de laboriosidad. Nos sacaría de muchos problemas si aprendiéramos
a estar siempre ocupados en cosas buenas. Hay que tener siempre nuevos proyectos
que nos llaman la atención y permiten que el corazón vaya creciendo en bondad.
Luego,
podemos tener la estrella de la humildad. Esta estrella es muy interesante.
Pues todos tenemos la tendencia de querer imponer la propia visión de las
cosas. No nos parece mejor de cierto modo, no queremos que nadie nos diga qué
hay que hacer. No queremos que los demás nos corrijan. No queremos someter
nuestra voluntad a la voluntad de alguien más. Pero todo esto nos puede ir
limpiando los ojos para poder ver la estrella.
¿A
dónde lleva la estrella? A Jesús: y es por eso que la queremos seguir.
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