lunes, 8 de diciembre de 2014

Pollo Campero y la Navidad - Un signo en el cielo

Un signo en el cielo
Quizás muchos de nosotros vimos las Luces Campero el sábado. Era un momento para compartir en familia un evento que subraya el tema de luz en la Navidad. Creo que es bueno para nosotros reflexionar en las luces del Adviento.
                Podemos tomar como texto base de nuestra reflexión Mt. 2,2. Los magos de oriente preguntaron “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nac
er? Vimos su estrella en el oriente y venimos a adorarle”.
                Siempre he admirado la valentía de los Reyes Magos. Ellos conocían bien el cielo y se dieron cuenta que se había presentado una luz nueva. Interpretando los movimientos de las estrellas, se dan cuenta que están por presenciar el nacimiento de un rey nuevo en la tierra.
                Una vez que entendieron el mensaje, llegaron a una decisión dramática. Emprendieron un viaje y fueron a buscar el rey recién nacido de los judíos. Siguieron la luz de la estrella de Belén. En el desierto de noche, se debe de haber visto la luz de aquella estrella de un modo espectacular. Varios años, después de Navidad, iba con mi hermano y unos amigos a hacer camping en el desierto. Si hay algo que me queda grabado en la memoria, es la nitidez de la imagen del cielo de noche. Uno ve todo. Nosotros nos poníamos alrededor de la fogata y veíamos para arriba. El primero a encontrar un satélite se ganaba una barra de chocolate. También usábamos telescopio para ver mejor las estrellas y planetas en el cielo de noche.
                La luz de la estrella purificaba los corazones de los reyes magos. Iban a Belén para darle homenaje al rey, no para pedirle favores. ¡Cuánto bien nos haría si aprendiéramos a dar a Dios antes de buscar nuestro propio provecho! Somos seres muy egoístas si somos honestos. Tenemos que aprender a dejar todo a un lado y empezar a buscarle al Señor. Abre tus ojos y busca la estrella que te conduce a Dios.
                Para muchos, será la estrella de la pureza. Hay muchos deseos y curiosidad en el corazón que no dejan que vayan en pos de la estrella. Prefieren la comodidad de lo ya conocido. Son pecados sus fallos en la pureza, pero por lo menos son conocidos y casi cómodos.
                Para otros, la estrella es de laboriosidad. Nos sacaría de muchos problemas si aprendiéramos a estar siempre ocupados en cosas buenas. Hay que tener siempre nuevos proyectos que nos llaman la atención y permiten que el corazón vaya creciendo en bondad.
                Luego, podemos tener la estrella de la humildad. Esta estrella es muy interesante. Pues todos tenemos la tendencia de querer imponer la propia visión de las cosas. No nos parece mejor de cierto modo, no queremos que nadie nos diga qué hay que hacer. No queremos que los demás nos corrijan. No queremos someter nuestra voluntad a la voluntad de alguien más. Pero todo esto nos puede ir limpiando los ojos para poder ver la estrella.

                ¿A dónde lleva la estrella? A Jesús: y es por eso que la queremos seguir.

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